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Pronosupinación: Compensaciones y posición funcional

Actualizado: 12 ene 2020


PRONOSUPINACIÓN: Compensaciones y posición funcional

COMPENSACIONES

"Se supina con el antebrazo", como cuando se gira una llave en una cerradura.

De hecho, como la posición habitual del miembro superior es a lo largo del cuerpo con el codo flexionado, no existe otra posibilidad de realizar la supinación más que por rotación sobre el eje longitudinal del antebrazo, en las articulaciones radiocubitales.

Podría denominarse verdadera supinación, ya que el hombro no puede intervenir en el citado movimiento.

El hecho de que el hombro no intervenga en la supinación explica lo difícil que es compensar una parálisis de la misma. Aunque esto se atenúa debido a que la parálisis completa de la supinación es rara, ya que el músculo bíceps braquial posee una inervación distinta (nervio musculocutáneo) de la del músculo supinador corto (nervio radial).

"Se prona con el hombro".

Sin embargo, en el caso de la pronación, la acción de los músculos pronadores puros puede amplificarse con relativa facilidad o bien puede compensarse con una abducción de hombro. Se trata del movimiento realizado cuando se vierte el contenido de una cacerola.

Con 90° de abducción de hombro, se consigue una pronación normal de 90° en la mano.

POSICIÓN FUNCIONAL

En el caso de la pronosupinación, esta posición se sitúa entre:

  • La posición neutra, adoptada, por ejemplo, cuando se sujeta un martillo;

  • y la posición de semipronación, cuando se sujeta una cuchara, o al escribir, que concuerda con 30-45º de pronación.

La posición funcional corresponde a un estado de equilibrio natural entre los grupos musculares antagonistas, y por lo tanto, con el mínimo gasto muscular posible.

El movimiento de pronosupinación es imprescindible para llevarse los alimentos a la boca. De hecho, cuando se recoge un alimento de un plano horizontal (de una mesa o incluso del suelo), la mano efectúa su aproximación en pronación, para coger el objeto por arriba, y el codo se extiende. Para llevarlo hasta la boca, es necesario flexionar el codo a la vez que "se presenta" el alimento realizando un movimiento de supinación.

El músculo bíceps braquial es pues el músculo mejor adaptado para este movimiento alimentario ya que es a la vez flexor y supinador.

Además, puede constatarse que la supinación "economiza" la flexión de codo: si fuese necesario llevarse el mismo objeto a la haca conservando una actitud de pronación, este gesto precisaría de una mayor flexión de codo.

PRUEBA DEL CAMARERO

Como en el caso del hombro, puede explorarse la función del codo mediante un movimiento de prueba, el movimiento del camarero.

Cuando el camarero llega llevando la bandeja por debajo de su hombro, su codo está flexionado y su muñeca en máxima extensión y en pronación.

Cuando se acerca a dejar la bandeja llena de vasos en la mesa (Fig. 146), lleva a cabo un triple movimiento de extensión de codo, flexión de muñeca hasta alinear y sobre todo supinación.

La amplitud de este movimiento es máxima, y puede decirse que la "prueba del camarero" permite efectuar un diagnóstico, incluso a distancia, por teléfono, de supinación máxima: si puede llevarse en una bandeja un vaso lleno sin derramarlo, se puede estar seguro de que no existe ningún déficit de supinación.

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