Si nos ubicamos en una vista externa del omóplato se puede ver perfectamente la corredera del músculo supraespinoso que está limitada:
por detrás, por la espina del omóplato y el acromion (a),
por delante de la apófisis coracoide (c) y
por arriba del ligamento acromiocoracoideo (b).
en continuidad con el acromion constituyendo una bóveda osteoligamentosa denominada bóveda acromiocoracoidea.
La corredera forma un anillo rígido e inextensible, pero si presenta un aumento de volumen (músculo supraespinoso) va tener problemas a la hora de deslizarse por la corredera; si se presenta un nódulo, se puede bloquear, provocando el “fenómeno del hombro en resorte” y por último si está roto por fenómenos degenerativos, esto lleva la “perforación del manguito de los rotadores” y como consecuencia se pierde la abducción activa completa y el contacto directo de la cabeza humeral y de la bóveda acromiocoracoidea, causa de los dolores del "síndrome de ruptura del manguito".
Pasando a una vista anteroposterior de la articulación glenohumeral, nos permite comprender como el supraespinoso (2), se desliza por debajo de la bóveda acromiocoracoidea (b).
Ahora en una vista posterior, se muestran los cuatro músculos responsables de la abducción, que son el deltoides (pareja funcional de los motores de abducción en la articulación glenohumeral), el músculo del serrato anterior y el trapecio (pareja funcional de los motores de abducción en la articulación escapulotorácica), subescapular, infraespinoso y redondo menor que desplazan la cabeza humeral hacia abajo, y hacia dentro.
BIBLIOGRAFÍA:
Kapandji A,I.(2012).Fisiología articular. España: Ed. Médica Panamericana, Tomo I, 6ª.ed, página 60-61