Historia clínica fisiátrica: Exploración de la movilidad articular
La movilidad articular permite al fisioterapeuta comprobar la integridad y funcionalidad de cada uno de los elementos que constituyen las articulaciones y su funcionamiento global.
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La función de una articulación es permitir un movimiento entre superficies óseas sin fricción en toda su amplitud articular. Se considera normal una articulación si no presenta dolor a lo largo de todo el rango de movimiento es suave, controlado y con ausencia de desviaciones del patrón muscular.
El objetivo de la exploración de la movilidad articular es reproducir todos o parte de los síntomas del paciente, analizando los movimientos que lo reproducen para determinar qué estructuras están siendo solicitadas y cuáles podrían estar implicadas com causa de los síntomas.
A grandes rasgos se debe registrar la siguiente información al respecto:
Características y calidad del movimiento, analizando principalmente la continuidad, la presencia de crepitación, el grado de resistencia (movimiento rígido o blando), restricciones o bloqueo articular (por ejemplo: en lesiones meniscales)
Rango de movimiento (hipermovilidad o hipomovilidad, rigidez articular)
Comportamiento del arco doloroso
Presencia de hipertonía muscular a lo largo del movimiento.
A modo de ejemplo:
Las limitaciones debidas a tejidos elásticos como el músculo se acompaña de una contracción intensa palpable y visible.
Las limitaciones debidas a tejidos elásticos y no contráctiles, como la cápsula y los ligamento, dan una limitación franqueable.
Las limitaciones debidas a tejidos indeformables e inelásticos, huesos y cartílagos, dan lugar a un bloqueo final final del recorrido articular con sensación de infranqueable.
Las limitaciones de origen nociceptivo son debidas a bolsa serosa inflamada, tracción sobre un nervio o tendinopatía.
Para medir la movilidad articular se están utilizando el goniómetro, la cinta métrica, radiografías en movimiento o test especiales de movilidad, que, además de presentar limitaciones en cuanto a su fiabilidad y validez, en ningún caso aportan información relevante sobre el estado funcional del segmento explorado.
Crepitación. Las crepitaciones son sonidos producidos en distintas situaciones médicas que permiten el diagnóstico de diversas patologías.
Es de carácter objetivo, se encuadra dentro de los signo y no de los síntomas. Se detectan normalmente mediante el tacto en lugar del oído, debido a su baja intensidad.
En las disfunciones traumatológicas, las crepitaciones son producidas por el rozamiento entre sí de los extremos de un hueso fracturado:
Por el rozamiento entre sí de las superficies sinoviales secas, se denomina crepitación falsa o articular.
Por el roce de un tendón inflamado con la pared rugosa de la sinovial, se denomina crepitación nívea,
Por la movilización de articulaciones artrósicas afectadas de derrame articular (hidrartrosis), conocida como crepitación seda.
La crepitación más común es en la cara anterior de la rodilla y son fácilmente detectables durante el movimiento de flexoextensión articular.
Rigidez articular. Signo físico correspondiente a una reducción permanente del rango de movimiento
Por lo tanto, el síntoma sería la pérdida de movilidad, debido a la presencia de cambios estructurales en los tejidos blandos, principalmente del componente capsuloligamentoso, y a la formación de adherencias.
Todo aquel proceso inflamatorio, traumático o degenerativo en el que la articulación quede inmóvil, o reduzca su movilidad, favorecerá la rigidez articular.
Técnicas de fisioterapia
Cinesiterapia, en cualquiera de sus modalidades, es un pilar básico para el restablecimiento de la amplitud articular. No obstante, el tratamiento debe extenderse identificando y abordando la patología inicial que ha originado la rigidez, así como los factores predisponentes y otros elementos periarticulares afectados.
Electrotermoterapia y termoterapia superficial, complementan al tratamiento, como preparación y calentamiento de la zona que se requiere movilizar, por sus efectos favorecen la circulación y la analgesia.
Crioterapia, al final de la sesión tiene un efecto favorecedor, al reducir el dolor y la inflamación consecuencia de pequeñas microrropturas que puedan haberse producido durante el tratamiento.
Adherencias: Son bandas de tejido fibroso similar al cicatricial que se forman entre dos superficies dentro del organismo y que hacen que estas se quedan unidas.
Las adherencias pueden ocasionar diversos trastornos:
En los intestinos, pueden producir una obstrucción intestinal completa o parcial
En las trompas de falopio, pueden llevar a que e presente esterilidad y problemas de reproducción
En pelvis y abdomen, pueden causar dolor crónico
En las articulaciones, provocando rigidez articular
La causa más frecuente que la provoca, suele ser la cirugía, tanto más agresiva sea y extensa sea.
En la disfunciones locomotoras, será de vital importancia la actuación preventiva con movilización temprana de la articulación.
Movilidad articular activa
Son aquellos movimientos realizados por el esfuerza muscular voluntario del paciente, y es conveniente comenzar con ella, antes que la pasiva para que el paciente vaya agarrando confianza.
¿Qué valora?
El rango de movimiento activo,
el control motor,
la calidad de movimiento,
la integridad neuromuscular
la identificación del arco doloroso y
la presencia de crepitación o ruidos anómalos durante la ejecución del movimiento activo
Durante la realización, se debe percatar de las compensaciones, y valorar de manera analítica, los movimientos funcionales tanto simples como complejos.
La movilidad articular activa solicita estructuras contráctiles (músculo y tendón) y las inertes (hueso, ligamento, cápsula).
Movilidad articular pasiva
Se lleva a cabo mediante Movimientos angulares llevados a cabo por el fisioterapeuta manualmente, donde las estructuras musculoligamentosas estan relajadas.
El movimiento pasivo intenta aislar la estructura contráctil de la articulación y sus componentes inertes e intenta identificar una alteración en estos últimos, salvo en casos donde la lesión es severa de las estructuras contráctiles como lo es el caso de una rotura muscular, por lo que esta movilización evidenciara su afectación.
Los rangos de movimiento dependen de la integridad de las estructuras que componen la articulación. Por lo tanto cualquier deficiencia estructural que conlleve retracción del tejido blando (cápsula, ligamentos, músculos, tendones y fascias) repercute en la disminución de los valores normales de movimiento y como consecuencia, en la capacidad funcional del paciente.
Algunas de la causas destacables de hipomovilidad pasiva son:
el dolor,
la alteración estructural de las superficie articulares,
la retracción de tejidos blandos periarticulares,
la inflamación,
el edema,
la alteraciones del tono muscular y
las cicatrices retraídas periarticulares.
Sensaciones finales
La sensación final se define como la percepción del profesional en el momento de intentar sobrepasar el límite de la movilidad articular pasiva explorada.
Esa sensación es producto de la restricción mecánica que ofrece un tejido en particular. Las sensaciones finales se pueden clasificar en fisiológicas y patológicas:
Sensaciones finales fisiológicas: Se perciben una vez se completa el rango articular normal de movimiento. Aquí se consideran el contacto compresivo entre vientres musculare, el alargamiento elástico (puesta en tensión de grupo muscular antagonista, tejido capsular y de los ligamentos) y el choque óseo.
Sensaciones finales patológicas: No permiten completar el rango normal de movimiento, apareciendo en cualquier momento durante su ejecución. Se reconocen la sensación final capsular, similar al alargamiento elástico, pero más rígida y se presenta antes de completar el rango fisiológico de movimiento; contracción muscular protectora, acompañada de dolor, sin restricción anatómica real y manifestación de dolor intenso que se relaciona con inflamación articular aguda; impacto óseo que impide completar el rango de movimiento normal y la sensación final de rebote ( por ejemplo: asociada a cuerpos libres intraarticulares o desgarro meniscal), en el cual el fisioterapeuta percibe una sensación de rechazo en cualquier momento antes de completar el rango de movimiento.
Referencias bibliográficas
Diaz, Esther. (2015). Manual de Fisioterapia en traumatología. España: ELSEVIER.
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